miércoles, 19 de noviembre de 2008

Clases que enseñan a pensar



En el aula de los pequeños se dedica mucho tiempo a estimular su conocimiento.



Tocar y explorar objetos le permite entender el mundo.

Sin pretender que todos lleguen a ser unos Einstein, la escuela infantil da mucha importancia al desarrollo de los procesos cognitivos básicos durante los primeros años de vida. Desde que el niño nace, su percepción avanza muy rápidamente y está condicionada tanto por el código genético como por los aprendizajes que realice. Una adecuada estimulación en esta etapa facilitará mucho sus estrategias mentales.

Hasta los dos años
Su inteligencia es fundamentalmente práctica y está ligada a los sentidos y a la actividad motora, por lo que cualquier programación de aula debe potenciar las actividades que desarrollen los sentidos y la psicomotricidad del niño.

A partir de los dos años
Aparece la función simbólica en el lenguaje, el juego y la imitación. De acuerdo con el momento evolutivo del niño, en la escuela infantil se trabaja para que vaya desarrollando una serie de estrategias que le permitan adaptarse con soltura a las distintas situaciones con las que se va a encontrar en su día a día.

Estrategias
En la escuela infantil, el educador pone en marcha muchas propuestas de acción para estimular el desarrollo de la inteligencia de los pequeños, encaminadas a potenciar el área cognitiva.

Reacciones causa-efecto
Nuestras acciones tienen determinadas consecuencias y la mayoría de las cosas no suceden porque sí, sino porque nosotros actuamos.
Juegos: observar el efecto que se produce al abrir un grifo, al dar al interruptor de la luz, al accionar un juguete mecánico, etc.

Permanencia del objeto
El niño, de forma paulatina, aprenderá que la persona o el juguete que desaparece de su campo visual siguen existiendo, aunque él no los vea.

Juegos: cucú-tras, tapar un juguete y luego destaparlo, jugar al escondite, etc.

Medios para alcanzar fines
Es muy importante que el niño empiece por sí mismo a diseñar estrategias que le ayuden a conseguir el objetivo deseado.
Juegos: tirar del cordón para poder coger el juguete, dar con un palo para alcanzar la pelota, etc.

Atención y memoria
Poco a poco, el pequeño se irá centrando más en la actividad que hace y en los objetos que le rodean. Asimismo, será capaz de evocar cada vez más situaciones.
Juegos: animémosle a observar un objeto, a explorarlo y a colocarlo al final en su sitio. Para facilitar la concentración, conviene que cuando juguemos con él no haya alrededor demasiados juguetes que dispersen su atención.

Solución de problemas
El niño debe ser capaz de ir elaborando estrategias que le permitan resolver los pequeños problemas con los que se encuentra en sus juegos y en su vida cotidiana.
Juegos: sortear una barrera para llegar al juguete, darle un objeto que le guste metido en una caja transparente, etc.

Formación de conceptos
Es preciso dominar una serie de conceptos claves. El grande/ pequeño, dentro/fuera, delante/detrás, deprisa/despacio, etc. son aprendizajes fundamentales en los primeros años de vida.
Juegos: darle objetos de diferentes tamaños, jugar a meter y sacar cosas de una caja, bailar al ritmo de un tambor...

debe ser capaz de ir elaborando estrategias que le permitan resolver los pequeños problemas con los que se encuentra en sus juegos y en su vida cotidiana.
Juegos: sortear una barrera para llegar al juguete, darle un objeto que le guste metido en una caja transparente, etc.

Formación de conceptos
Es preciso dominar una serie de conceptos claves. El grande/ pequeño, dentro/fuera, delante/detrás, deprisa/despacio, etc. son aprendizajes fundamentales en los primeros años de vida.
Juegos: darle objetos de diferentes tamaños, jugar a meter y sacar cosas de una caja, bailar al ritmo de un tambor...

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