domingo, 15 de noviembre de 2009

El pollo bala

Nueva historia breve para trabajar la comprensión oral con el alumnado. En esta ocasión se trata de una historia humorística que contó Luís del Olmo en su programa protagonistas.

Duración 1:55 minutos

Si no sabes cómo descargar el fichero lee este artículo “Compresión oral”

Ventana externa
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viernes, 13 de noviembre de 2009

¿Dejamos a los niños ser niños?

Hace un tiempo Mamá de Lola ilustró esta escena de una niña vestida “de domingo” en el parque pidiendo permiso a su madre para jugar (y mancharse) con los otros niños que recibe como respuesta un “sólo si no te manchas”.

Osho, en un magnífico libro titulado El libro del niño (que estoy leyendo estos días), explica una situación parecida:

“La madre estaba preparando a Pedrito para ir a una fiesta. Cuando acabó de peinarle y colocarle el cuello de la camisa le dijo: – ¡Ahora vete, hijo! Diviértete… ¡y pórtate bien!

– ¡Por favor, mamá! – dijo Pedro -. ¡Antes de que me vaya decídete por una de las dos!”

Estas dos situaciones me hacen preguntarme hasta qué punto dejamos a los niños ser niños.

“Dejar que los niños sean niños”. Esta frase puede parecer una redundancia, sin embargo es fácil explicarla si nos centramos en la definición informal de niño.

¿Qué es un niño?

La R.A.E. dice que un niño es aquel “que está en la niñez”, “que tiene pocos años” y “que tiene poca experiencia”.

Esta es una definición formal que podría hacer cualquier persona con sólo observar e intercambiar unas cuantas palabras con un niño, sin embargo, la definición informal podría ser muy diferente:

  • Un niño es una persona con pocos años, con poca experiencia en general pero con una energía y una vitalidad muy superiores a las personas adultas.

  • Un niño es una persona pequeñita, bastante más pequeña que las personas de más edad, aunque con un corazón enorme, capaces de sonreír cuando alguien les sonríe y de llorar cuando ven a alguien llorar. Con el tiempo, al contactar con la realidad de los adultos, va perdiendo la capacidad de ser empático.
  • Un niño es una persona con unas ganas de aprender que nunca acaban, con ganas de descubrir el mundo y el entorno que le rodea mediante su vista, su tacto, su olfato, su gusto y su oído. Con el tiempo, por diferentes razones, muchos pierden las ganas de aprender.

    • Un niño es una persona a la que no le importa mancharse, caerse, levantarse, correr cuando todos están parados y pararse cuando todos corren, porque no le importa lo que los demás piensen de él. Con el tiempo, la necesidad de ser aceptado por el resto hace que deje de ser él mismo y que se comporte como los demás esperan de él.

  • Un niño es una persona capaz de decir la verdad sin inmutarse (“no me gusta estar contigo”) y de extrañarse cuando se le pide que mienta (“Pedrito, da las gracias y di que te ha gustado mucho”). Con el tiempo, aprende a no decir la verdad, a riesgo de no hacerlo cuando debiera (“mejor me callo y no me meto en líos”) y aprende a mentir, demasiado a menudo (“me alegro mucho de verte”, “te llamo y quedamos”, “muchas gracias, me ha gustado mucho”, “no, si a mí no me molesta”, etc.)
  • Un niño es, en definitiva, una persona que necesita hacer todo lo que le define informalmente (correr, mancharse, embadurnarse de arena, llevársela a la boca, subir a los columpios por sitios que no están destinados a ello, decir lo que piensa y siente con inocencia y honestidad, etc.) porque es su manera de aprender.
  • Perdiendo las infancias

    Por todo lo que he comentado, siento pena cuando veo situaciones como la de la ilustración y cuando veo niños callados, sumisos, educados en la obediencia (casi ciega) y con poco poder y pocas ganas de actuar por sí mismos.

    Así van pasando los años y se van perdiendo infancias, haciendo lo que los demás les dicen que deben hacer para ser limpios, educados y buenos y para actuar como mini-personas adultas.

    Los niños tienen que ser niños y actuar como tal. Si no les dejamos disfrutar de la inocencia, de la libertad, de los juegos, de la tierra, del entorno y de la vida que les rodea cuando son pequeños, ¿cuándo demonios se comportarán como niños?

    Cada día estoy más convencido de que las personas que de pequeñas no disfrutaron de su infancia llegan a la edad adulta con una extraña sensación de vacío. Algo así como un “me falta algo” que a menudo se solventa viviendo la niñez cuando no toca (y evidenciando una especial falta de responsabilidad y un querer quemar cartuchos un tanto preocupante).

    ¿Los niños tienen que hacer lo que quieran?

    Muchos lectores se estarán llevando las manos a la cabeza pensando que esta entrada reitera el mensaje que dice que los niños tienen que poder hacer todo lo que quieran.

    En parte es cierto, pero con matices, claro. Un niño tiene que poder escoger su camino en la vida, que para eso es suya, y nosotros los padres debemos estar a su lado para aconsejar y para reconducir aquellas actuaciones y situaciones que puedan ser peligrosas o nocivas para ellos o para el resto.

    Los niños tienen que jugar, tienen que mancharse, tienen que conocer su entorno desde su propio Yo y no desde el nuestro y tienen que errar para aprender.

    Nuestro papel, como dijera en su momento Khalil Gibran en el libro “El Profeta”, es hacer de acompañantes en el viaje:

    Podréis darles vuestro amor, pero no vuestros pensamientos, porque tienen sus propios pensamientos.

    Podréis albergar sus cuerpos, pero no sus almas, porque sus almas moran en la casa del mañana, que no podéis visitar, ni siquiera en sueños.

    Podréis, con mucho, pareceros a ellos, mas no tratéis de hacerlos semejantes a vosotros, porque la vida no retrocede, ni se estanca en el ayer.

    La ropa limpia y bonita es un deseo nuestro

    De la ilustración de Mamá de Lola se puede extraer otra conclusión: nos encanta que nuestros hijos vayan bien guapos, con ropa bonita, y algunas madres traspasan ese deseo, que es propio, a sus hijos.

    Cuántas veces hemos oído a nuestra madre: “Ten cuidado, no te manches, que este pantalón me ha costado muy caro” y frases similares que provocan en los niños sentimiento de culpabilidad si se ensucian o si se caen, cuando en realidad tendrían que responder “pues mamá, haberme comprado unos pantalones de chándal en las rebajas, que a mí me da igual”.

    Imagen | Los Dibujos de Mamá de Lola
    Fotos | Flickr (alex ford), Flickr (I am Kat)

    jueves, 5 de noviembre de 2009

    Decálogo para prevenir el contagio de gripe A

    gripe_porcina_5.jpg

    De momento, la enfermedad de la gripe A está controlada y resulta superada sin complicaciones en la mayoría de los pacientes. Sin embargo, está bien recordar las medidas preventivas que podemos seguir para no tener la enfermedad. Hoy traemos un decálogo con las recomendaciones para prevenir el contagio de gripe A.

    La mayor preocupación por ahora es que si el contagio se extiende, o si hacemos un mal uso de los servicios de urgencias, los servicios sanitarios se vean desbordados y existan muchas bajas médicas en los trabajos. Ya sabemos que hay que transmitir serenidad a los más pequeños, y aquí vimos un simpático vídeo protagonizado por los personajes de Barrio Sésamo que recomendaba a niños y padres cómo prevenir el contagio de la enfermedad.

    10 puntos fundamentales para prevenir la gripe A

    1. Evitar el contacto con personas que estén diagnosticadas de gripe A/H1N1.

    2. Lavarse las manos frecuentemente con agua y jabón durante, al menos, un minuto para que el lavado sea eficaz. Prestar especial atención a los pliegues y el espacio entre los dedos.

    3. Taparse boca y nariz con un pañuelo desechable al estornudar o toser y tirarlo a la basura. Esta recomendación es importante, ya que el virus de la gripe se transmite por medio de las gotitas de saliva y las secreciones nasales al toser o estornudar.

    4. Limpiar con mayor frecuencia las superficies de los muebles, pomos de puertas… ya que las microgotas de saliva y secreciones nasales que se expulsan al estornudar, toser o hablar, pueden quedar en las manos y en stas superficies.

    5. También hay que mantener las estancias bien ventiladas para evitar acumulación de partículas en suspensión.

    6. Si se está enfermo, hay que evitar el contacto con otras personas para no contagiarlas. Una persona con gripe A puede transmitir el virus un día antes de la aparición de los síntomas y hasta siete días después.

    7. Evitar saludar dando besos o abrazos así como compartir vasos, cubiertos y otros objetos que hayan podido estar en contacto con la saliva o secreciones nasales.

    8. Llevar una vida sana evitando el consumo de alcohol y tabaco contribuye a mejorar las defensas, así como llevar una alimentación saludable en la que abunden las frutas y verduras ricas en vitaminas.

    9. En la medida de lo posible debemos evitar la saturación de los servicios de urgencias. En el caso de que creamos padecer estos síntomas debemos acudir al médico de cabecera, ya que en principio no estamos ante un caso más complicado que le de la gripe estacional. Además el Ministerio de Sanidad ha habilitado un teléfono de atención al ciudadano: 901 400 100.

    10. Las mujeres embarazadas no transmiten el virus a sus hijos por lo que si hay planes de embarazo pueden llevarse adelante, aunque debemos tener en cuenta que las embarazadas son un grupo de riesgo: se deberá extremar las medidas de prevención.

    Siguiendo este decálogo para prevenir el contagio de la gripe A estaremos más a salvo de contraer la enfermedad y de que ésta se extienda.

    Más información | Ministerio de Sanidad

    Lateralidad, zurdería y lectoescritura.

    "Escribir con la mano derecha o izquierda es el resultado de una expresión, una decisión o una presión. Una expresión cuando es el cerebro quein determina libremente qué lado de nuestro cuerpo dominará sobre el otro. Una decisión porque la pesona elige qué lado utilizar para realizar las tareas. O una presión si es el ambiente (padres, familia, escuela) quien establece lalateralización idónea para el niño.

    Desde luego lo adecuado es que el proceso de lateralización sea la consecuencia de una expresión libre de la dominancia cerebral, porque así será como el niño se encuentre más cómodo en la ejecución de las tareas. En el caso de los niños zurdos, aunque en principio se encuentran más confortables utilizando el lado izquierdo de su cuerpo, cuando las normas sociales entran en juego surge la necesidad de adpatarse al mundo diestro, lo que implica confusión y malestar a la hora de escribir o manejar herramientas o utensilios diseñados para emplearse con la mano derecha.

    Si bien en estos niños se ha encontrado una mayor prevalencia de problemas lectoescritores, no es menos cierto que éstos se producen fundamentalmente al principio de su aprendizaje, por lo que una adecuada prevención o intervención psicopedagógica contribuirá a paliar problemas mayores de cara al futuro.

    La principal dificultad en la escritura viene marcada por la direccionalidad de la grafía occidental. En los países de nuestro entorno culutral todos escribimos de izquierda a derecha, siendo ésta una forma que resulta perjudicial para los zurdos, pues impide la visión correcta de lo que está escribiendo.

    JUAN MANUEL ORTIGOSA QUILES (2004) Mi hijo es zurdo. Madrid: Editorial Pirámide. (Pág. 28).